El COI y los genocidas

Hoy comienzan los Juegos Olímpicos que se celebran en China. Al conceder a esta dictadura la organización de los Juegos, el COI consigue el dudosísimo honor de haber concedido a las tres dictaduras más sanguinarias del siglo XX la organización de Juegos Olímpicos: Hitler tuvo sus Olimpiadas en 1936. Nueve años y decenas de millones de muertos después, el genocida se suicidó y su dictadura criminal terminó.



La dictadura soviética también tuvo sus Olimpiadas, con Brézhnev de Presidente y en plena invasión de Afganistán, con los SS-20 apuntando a Europa. nueve años después los alemanes del Este derrumbaron el muro, y huyeron en desbandada al Oeste capitalista. Atrás quedan ya las decenas de millones de muertos, las poblaciones enteras desplazadas de sus lugares de origen, las minorías raciales perseguidas, las guerras y los movimientos terroristas patrocinados desde la URSS. Desde esa misma URSS a la que el COI concedió unos Juegos Olímpicos.



La dictadura china, con sus decenas de millones de muertos, hay incluso más muertos chinos que coreanos, tibetanos, etc.... a las espaldas, también tiene ahora sus Olimpiadas.



Esperemos que siga el gafe del COI para con sus lucrativos patrocinadores totalitarios, y esta dictadura también caiga, a ser posible antes de que transcurran los nueve años de rigor. Ojalá termine la pesadilla para millones de chinos, Tibet recupere su independencia, esta vez para convertirse en una democracia, y no en una teocracia, por muy pacífica que sea; ojalá los famélicos norcoreanos que padecen la esquizofrénica dictadura sostenida por China, se puedan reunir con sus compatriotas libres del Sur; ojalá cesen de cometerse desastres ecológicos en China, ya sea en forma de presas o de contaminación del aire y del agua...



En fin, hay muchas razones para haber negado la organización de los Juegos a esta dictadura. Quizá haya pesado más otra razón, contante y sonante, para no haberlo hecho. Queda para la negra historia del COI. Y ya van tres. Tres dictaduras genocidas a las que el COI, graciosamente, ha regalado unos Juegos Olímpicos, para mayor gloria de la propaganda de los totalitarios de turno. Las decenas y decenas de millones de muertos, y sus familiares, seguramente estarán atónitos.