jueves, 13 de noviembre de 2008

El PP no es el PP

Es algo de lo que la mayor parte de la gente no se ha dado cuenta, todavía, y sin embargo, es evidente: en España no existe actualmente ningún partido que cumpla estas dos simples características: tener carácter nacional, y defender la libertad económica.

La mayoría de la gente que vota al PP, quizá lo hace pensando, con razón, que la alternativa es mucho peor: el PSOE de toda la vida, el del golpe del 34, las masacres de la guerra civil, el GAL, los escándalos del BOE, la Cruz Roja, Roldán, los seiscientos asesores de ZP, los aviones para ir de compras a Londres, etc.

Algunos, en cambio, nos resistimos a seguir votando al PP por no votar a un partido completamente impresentable, que en un país europeo democrático y sin complejos, haría décadas que ya no existiría más que como un recuerdo trágico de décadas y crímenes pretéritos. Prefiero no votar, o votar en blanco.

Se echa en falta un partido nacional. Que defienda a España como nación, colocando esta prioridad por delante de los repartos de millones de euros entre los diferentes reyezuelos de taifas autonómicas, según los votos que se cambien entre ellos, como cromos. Un partido que crea en una España fuerte internacionalmente. Que no se acompleje de la Historia de este país, que no sólo no tiene nada que envidiar a la de otros, sino que en muchos casos, casi todos, les da sopas con honda. Un partido que se enfrente radicalmente a los terroristas, a los que les apoyan, a los que les subvencionan, a los que les justifican, a los que les dan cobijo, y que presente, como única perspectiva para el futuro de estos criminales, su encarcelamiento, o su muerte. Así de claro. Sin complejos. ¿Alguien se imagina que el gobernador de un estado norteamericano, pongamos Alabama, subvencionara y protegiera a un grupo terrorista comunista en Estados Unidos? Antes de que se diera cuenta, el tal gobernador y todos sus cómplices se encontrarían en manos del FBI, y con la perspectiva de unas dècadas en una cárcel americana, que no son como las de aquí...

La patética situación de la nación está llegando a ser tan obvia, que un periódico extranjero como The Economist, no la ha podido pasar por alto. Algo que ha enfadado mucho al bachiller andaluz que preside la taifa catalana, Montilla.



En segundo lugar, tampoco tenemos un partido que defienda la libertad económica, o al menos crea en ella. Un partido que defienda el libre mercado, que intente dar más libertad al individuo, que recorte las prebendas que se ha autoconcedido la casta política, que ponga límites al afán confiscatorio de los impuestos. Hace unos días el ministro de Industria ha considerado "una barbaridad" una posible subida del 30% de la electricidad. No me lo creo, tiempo al tiempo.... Sin embargo, nadie dice que es una barbaridad que un ayuntamiento suba sus tasas un 20% este año, para que sus políticos locales puedan seguir despilfarrando y con el mismo tren de vida, ahora que la bicoca inmobiliaria, con sus sobres por debajo de la mesa, está de capa caída...

¿Por qué afirmo que el PP no es un partido como el que me gustaría? Muchos hechos así lo indican.

Hoy mismo, Rajoy ha dicho en su emisora amiga, la SER, que el es "independiente", sin aclarar cuál es su ideología. Todavía estamos esperando que se pronunce contra el robo de dos frecuencias a la COPE en Cataluña. Judas Rajoy sigue calladito. Su escudera Cospedal, y la moza de cuadras Soraya, dirigen el coro del "Partido P'ayudar", esa especie de PRI al estido mejicano en que Judas Rajoy ha convertido al PP.
En cuanto al aspecto económico, tampoco hay esperanza alguna en el PP. Judas Rajoy, (oye, también se puede abreviar por JR..) está aplaudiendo con las orejas que ZP haya conseguido su media sarko-silla para hablar 7 minutitos en esa "cumbre". Ya nos enteraremos de a cuanto nos ha salido cada uno de esos siete minutos. Se espera temblando, por vergüenza propia como país, y por la vergüenza ajena que produce ZP, el discursito que se tiene preparado... Judas Rajoy estaría encantado de que ZP le dejara un huequecito, con el perro, en su avión, para acompañarle de ayuda de cámara y acercarle el vaso de agua en esos siete minutitos que el pobre tiene que trabajar.

Las medidas económicas que ahora propone el PP distan mucho de ser liberales, y se aproximan más a un keynesianismo de andar por casa. El jubilado Aznar, ahora en el extremo derecho, casi fuera del partido, lo más que llega es a Friedman, antiguo asesor de Nixon y del cual el gran economista Rothbard liberal dijo "Milton Friedman has revealed his quintessential pro-income tax and egalitarian position in numerous ways. As in many other spheres, he has functioned not as an opponent of statism and advocate of the free market, but as a technician advising the State on how to be more efficient in going about its evil work."

Yo ya hace años que perdí toda esperanza en Aznar, en especial desde la segunda mitad de su segunda legislatura: si Aznar, con mayoría absoluta, hacía esos disparates, como el de la niña en el Escorial, y no emprendía una reforma seria de la Administración de Justicia y de la Constitución, no hay esperanza alguna de que otro lo haga. O al menos, ese "otro", es desconocido todavía. Ni se vislumbra en el horizonte.

Los reyezuelos de taifas subordinados al PP, tampoco son ejemplo de nada: persecución lingüística al castellano en Galicia, Valencia y antes en Baleares; ataque a los padres que recurren a los tribunales para no cursar la asignatura totalitaria de Educación para la ciudadanía, como ha sucedido recientemente en Castilla y León; creación de policías autonómicas, (o sería mejor decir cuerpos de esbirros de los politiquillos locales), como la más reciente en Canarias. Quizá la excepción sea Madrid, pero sólo Esperanza Aguirre, quizá la última esperanza... De Gallardón, el faraón cojo que está arruinando Madrid, ni hablamos.

En fin, que en este país todavía llamado convencionalmente España, no tenemos un partido español. Así nos va.